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Una visión de la colaboración  entre Tele Aldehuela y La Bodas de Isabel de Segura

Los fotógrafos de Tele Aldehuela, Teresa y Vicente, hablan de su pronta colaboración con la fiesta

Coplas a los Amantes

Poemario publicado por Gregorio A. con motivo de la inauguración del Mausoleo (1959)

Los Amantes y sus valedores, en el callejero de Teruel

La coletilla "tonta ella y tonto el", ¿fue acuñada por el propio Hartzembusch?

Exequias fúnebres de un caballero medieval: "El Córrer les armes"

El nuevo traje del obispo

¿Por qué se ven tan pocos pobres durante Las Bodas?

Las Bodas de Isabel, en imágenes

Reportaje de Diego&Lori, edición del 2013

Galería fotográfica de la edición del 2012

Fundación Bodas de Isabel

30 de mayo de de 1959. En el marco de las Fiestas de San Fernando que se iniciaron el día anterior, se presentó al público el Mausoleo de los Amantes, un suntuoso doble sepulcro en el que desde entonces descansan sus momias tras haber pasado por otros pobres emplazamientos: un armario en el que estaban de pie, dos curiosos ataúdes... No era perfecto por su ubicación, asunto que se resolvió casi medio siglo después con el estreno en septiembre de 2005 del actual edificio para albergarlo.

Dotar de una tumba digna a Isabel y Diego era una vieja aspiración de los turolenses, que cristalizó en agosto de 1956, cuando el diario "Lucha" lanzó una campaña para recaudar fondos con este fin dirigida a todos los enamorados del mundo. Recibió el encargo un prestigioso escultor, Juan de Ávalos, quien catorce meses después dio a conocer la maqueta de los mausoleos. Pocos días antes de la inauguración, llegaron a Teruel en sendos camiones de la Diputación, y el 23 de ese mes de mayo los esqueletos fueron solemnemente depositados en los sarcófagos de alabastro.

Para celebrar el acontecimiento salió a la calle un librito titulado "Coplas a los Amantes", del poeta, periodista e investigador Gregorio A. Gómez, que hoy sigue colaborando con la Fundación Bodas de Isabel. Debajo reproducimos el contenido íntegro del poemario.

 

 

A ti, Juan de Ávalos, a quien debemos gratitud por hacernos una maravilla...

A vosotros enamorados de todo el mundo, que en sus manos pusisteis la materia...

A ti, bella mujer aragonesa que bajo el nombre de PILAR las inspiraste...

van estas coplas populares al inaugurarse el nuevo Mausoleo de los Amantes de Teruel

 

 

TERUEL inaugura un nuevo Mausoleo. Los enamorados del mundo contribuyeron a la compra de los materiales y el genio del ciclópeo escultor Juan de Ávalos hizo lo restante. ¡Míralo! Parece que la piedra se hace vida para representar la muerte. Nada más sublime, nada más humano, nada más conmovedor que la muerte de estos dos enamorados. Él es Diego Martínez de Marcilla; su gente es de la más noble de la Ciudad. Ella, Isabel, es hija del acaudalado Pedro Segura. ¡Y cuánto se aman los jóvenes! Pero en vano, el destino es fatal y ha decidido separarlos. El muchacho será pobre porque no es el primogénito. Pero él vence la dificultad; en lucha por mar y tierra luce al pecho en Las Navas de Tolosa y por la tierra santa de Palestina, la roja cruz de los caballeros españoles. Ahora vuelve a su Ciudad, pero en Teruel las cosas han cambiado. ¡Y qué rival encontró Diego! Al hermano del señor de Albarracín, que propala los más audaces y calumniosos rumores que puedan llegar a oídos de la amantes esperanzada, pero el amor es fuerte, quizá más que la muerte misma; claro que la fortuna tiene nombre de mujer y veleidosa, juega y juega a doble carta con los dos enamorados. Diego viene rico, pero ya es tarde, ha expirado el plazo sin que la gentil atribulada pudiera resistir la imposición del padre que veía entrársele de la mano la fortuna aliada a la nobleza. Isabel casó y Diego que algo presentía, no tardó en llegar. Atrás quedaron las acémilas cargadas del botín; él, caballero de la jaca más ligera, llegó hasta alcanzar el pie de la colina. En lo alto se alzaba Teruel con el abrazo de sus murallas. Espoleó la cansada jaca que alcanzó solo la mitad de la cuesta, paróse jadeante, sudorosa, hizo un supremo esfuerzo y cayó sin vida. ¡Triste presagio si en el pecho del capitán cupieran supersticiones!

 Ya en la Ciudad recibió la noticia y -el amor es ingenioso- penetró en la estancia nupcial donde se dio a ver por la noche a la triste desposada que lo creyó uno de tantos fantasmas del ser amado que por su cerebro emprendían fantástica peregrinación. Le reprendió y ella se disculpó. Le pidió un beso y ella lo negó (Heroísmo de mujer amante que no permite una leve satisfacción a su amor). ¿Y Diego? Tanto penoso trabajo, tanto costoso sacrificio desbaratado en un momento, no sabemos qué pensaría, quizás por no pensar nada murió.

Despertó ella al esposo que atónito se apresuró a a dejarlo en la puerta de la casa paterna para no ser inculpado de su muerte. Al día siguiente una dama enlutada y con los ojos o hinchados de no dormir o enrojecidos del muro llorar, se acercó al cadáver frío y besándolo perdió el calor de su vida ofrecido en holocausto de aquel amor desventurado.

Esta es la vieja historia de amor que todos conocen y que los juglares cantaron por tierras de Italia y Langedoc, y que nosotros seguimos cantando al estilo de nuestra tierra.

Gregorio A.

   Murmuran de los Amantes

que es tonta ella y tonto él;

tonto seré como Diego

si eres tú como Isabel.

 

   Se dice que los Amantes

murieron de sentimiento

desde que que vi. mañica

yo también me estoy muriendo.

 

   Muchas gracias doy a Dios

por ser de aquí, de Teruel,

porque de aquí también son

Don Diego y Doña Isabel.

 

   La Historia de los Amantes

mi abuela me la contó

y dije cuando lo supe:

Así habré de querer yo.

 

   Mucho te quise y te quiero

y mucho más te querré

porque mucho se quisieron

los Amantes de Teruel.

 

   Los Amantes se murieron

y por siempre vivirán

porque su mismo verdugo

les dio la celebridad.

 

   Huesca con su campanica

Zaragoza, con los Sitios,

y Teruel, con los Amantes

¡vaya, mañica, qué trío!

 

   Te quiero como Don Diego,

quiéreme como Isabel...

Pero, maña, no te mueras

que si no me moriré.

 

   Prueba dieron Los Amantes

de su constancia y valor

y esos que van tan junticos

lo harían mucho peor.

 

   Los Amantes de Teruel

mira tu si se quisieron

que ella se murió después

porque él se murió primero.

 

   Los Amantes y el Torico

dieron a Teruel más gloria

de la que podría darle,

por sus hazañas, la historia.

 

   La historia de los Amantes

no es solo cosa de ayer

que de haber Pedros Segura

se repitiera otra vez.

 

   Mientras haya un turolense

otro Diego puede haber

que si hay una teruelana

puede haber otra Isabel.

 

   Las maravillas del mundo

son: La Virgen del Pilar,

el amor de los Amantes

y párate de contar.

 

   Mientras se cante la jota

y se festejen los Mayos

habrá Amantes de Teruel

lo mismo que los de antaño.

 

   Un alma de Pilarica

y un corazón de Isabel

debe tener la mañica

que se diga de Teruel.

 

   A los poetas de amor

se les creyera farsantes

si no pudieran citar,

como ejemplo, a los Amantes.

 

Sin visitar los Amantes

no te vayas al servicio,

que Diego te enseñará

cómo quiere un baturrico.

 

Gregorio A. en 1959

 

 

 Mártires, los de Teruel,

momias, las de los Amantes

yen el mundo no hay, mañica

otras reliquias más grandes.

 

   Es don Francisco de Aranda

una gloria de Teruel,

el Papa Clemente Octavo,

Don Diego y Doña Isabel.

 

   Mujer que ve los Amantes,

ha de ser buena mujer;

por eso tengo la novia

en la Ciudad de Teruel.

 

   Amor que en la vida acaba

no debe llamarse amor;

amor, el de los Amantes

que con su vida acabó.

 

   Porque me gusta Teruel

y me gustan los Amantes

yo les tengo que cantar

mientras me queden aguantes.

 

   Quien no crea en el amor

no debe un libro leer

basta que vea las momias

que guardamos en Teruel.

 

   Agustina e Isabel

son la mujer de Aragón,

que sabe, odiando, matar

como mata por amor.

 

   Huesca, templo de la Historia,

Zaragoza, de Oración,

Teruel, Sagrario de amores.

¡Lo más santo es Aragón!

 

   Si como a ti yo te quiero

me llegases a querer,

tamañicos quedarían

los Amantes de Teruel.

 

  Si mueres antes que yo

la cara te besaré,

pues me querría morir

como se murió Isabel

 

   Pa campana, la de Huesca,

pa templos, el del Pilar,

Pa amantes, los de Teruel,

ya ves, maño, ¡cuasi ná!

 

   Cuando con la novia voy

a la iglesia de San Pedro,

envidia grande me da

el venturoso Don Diego.

 

   El amor que se tenían

con tal fuerza les unió

que tuvo que morir ella

después de que Diego murió.

 

   Los Amantes de Teruel

son ejemplo de tesón;

no quiso unirles la vida

y la muerte les unió.

 

   A las ciudades famosas

les dio su fama la guerra,

pero a Teruel los Amantes

se la dieron más eterna.

 

   Aunque yo no he nacido

en la ciudad de Teruel,

para ti sería Diego

si tú fueras Isabel.

 

   De Huesca, las buenas mozas;

las guapas, de Zaragoza,

Teruel, desde los Amantes,

tiene las más cariñosas.

 

   Si el amor, cual las virtudes,

pudieran canonizar,

los Amantes ya tendrían

la más grande Catedral.

 

   De los famosos Amantes

aquel que la historia niegue,

o no conoce Aragón

o es que corazón no tiene.

 

   En el barrio se murmura

que no entiendo de querer

y no saben las comadres

que yo he nacido en Teruel.

 

   Anda y cuéntale a tu madre

que soy firme en el querer

pues aprendí como quieren

los Amantes de Teruel.

 

   Del tiempo de los Amantes

en Teruel se quiere así

o no queremos ni pizca

o amamos hasta el morir.

 

   Amores como los nuestros

no los habrá nunca iguales

mientras vivas en Teruel

y estén allí los amantes.

 

   Quien quiera saber amar

que se venga aquí a Teruel,

que tenemos por maestros

a Don Diego y a Isabel.

 

   Ni aún en el querer nos falta

la nobleza en Aragón

pues no matamos, morimos

si nos quitan el amor.

 

   A unos da gloria la ciencia

y a otros se la da el valor,

pero solo a los Amantes

se la ha dado el amor.

 

   Para buscarme la novia

me tengo que ir a Teruel

porque aquí matan de amores

como a Don Diego, Isabel.

 

   Tan solo puede negar

la historia de los Amantes

quien no tenga corazón

o esté loco de remate.

 

   Ninguna gracia hizo Diego

en morir por Isabel

que también yo me muriera

negándome tu querer.

 

   Si vas en viaje de bodas

ya te vendrás a Teruel

y aquí verás dos mañicos

que esos se quisieron bien.

 

   Quien diga a Teruel que es feo,

es un "tonto de nación"

porque Teruel es museo

de historia, de arte y de amor.

 

   Viva Teruel y el Torico

y todos sus visitantes

y todos que bien se quieren

vivan lo que los Amantes.

   

Gregorio-A. Gómez

(c) Fundación Bodas de Isabel. Se autoriza la reproducción, siempre que se cite la fuente.